Recientemente, el personal de producción de anime y otros profesionales del sector han expresado preocupaciones sobre la sostenibilidad de la industria debido a la depreciación del yen japonés frente a monedas importantes como el won coreano y el yuan chino.
Informes recientes de Nikkei Asia y Japan Times indican que el yen ha alcanzado su nivel más bajo en 16 años frente al won y su punto más bajo frente al yuan desde 1993. En abril, el animador Otarou explicó en Twitter por qué esta situación es significativa:
La caída del yen está afectando gravemente a la industria del anime, ya que empresas extranjeras que antes podían negociar con nosotros ahora no pueden aceptar pedidos a los mismos precios.
La mayoría de los estudios de anime operan como contratistas de los comités de producción, quienes les asignan presupuestos que utilizan para subcontratar estudios. Otarou añadió:
El presupuesto del comité no cambia, y el estudio no tiene más remedio que recortar sus beneficios para compensar la debilidad del yen o reducir los costos de producción. Además, el poder adquisitivo de los fanáticos del anime también está disminuyendo.
Kentaro Mizuno, director de episodios de los animes «Mysterious Disappearances» y «Bartender: Glass of God», ha resaltado este problema en varias publicaciones este año:
Hemos llegado a un punto en el que buenos animadores y empresas capaces de China y Corea ya no aceptan trabajos japoneses, y si lo hacen, no pueden obtener beneficios porque el yen vale cada vez menos. ¿El gobierno no piensa hacer nada al respecto? Si esto continúa, Japón se hundirá. Los talentosos animadores y empresas japonesas serán absorbidos por compañías extranjeras y explotados.
La dependencia de Japón de la subcontratación se debe a los bajos costos laborales, especialmente en Corea y China. Si esto no puede mantenerse, probablemente se reduciría el número de producciones, o el personal de anime, ya sobrecargado y mal pagado, tendría que trabajar más para compensar.
Una estadística de 2021 del Animator Dormitory Project mostraba que el 90% de los animadores dejaban su trabajo en tres años, por lo que aumentar la carga de trabajo podría ser desastroso. Esto también afecta a los espectadores con problemas de producción y cancelaciones, y consolida un duopolio de animes llenos de clichés que repiten fórmulas exitosas anteriores.
Adicionalmente, el yen débil está afectando no solo a la producción de anime, sino también a la industria tecnológica y manufacturera de Japón, que enfrenta dificultades similares al tratar de mantener competitividad a nivel internacional mientras los costos internos aumentan debido a la depreciación de la moneda.